lunes, 24 de mayo de 2010

El crimen organizado

Antes las gravísimas acusaciones de un ex oficial de la policía en contra del hermano del presidente Uribe, en donde con lujo de detalles cuenta cómo se ordenabano crímenes desde la finca La Carolina por parte de Santiago Uribe, hermano de Álvaraco, el señor Uribe sólo dice que él no lee la prensa extranjera. Que tal esta manera de eludir ese pasado mafioso que lo perseguirá hasta el fín de sus días. Y a eso súmenle los crímenes de los muchachos de Soacha.

36 comentarios:

Anónimo dijo...

uribe velez:
Sea varón, PONGA LA CARA MARICA.

Anónimo dijo...

El paraco esta asustado,,el circulo se cerró , no hay escapatoria posible...

Anónimo dijo...

Atencion! Atencion! Noticia de ultima hora!!! Uribe dice que tiene una carta escrita por un tio segundo, donde dice que el, Alvaro Uribe no es un paramilitar!!! Con firma de un nuero, que lo confirma!!! Uff, menos mal aparecio esa carta...

Anónimo dijo...

El dicho popular manifiesta que "a todo marrano le llega su noche buena", de dientes para afuera Uribe le da risa y dice que no lee periódicos extranjeros, pero es evidente que con todos los crímenes que tiene su gobierno tanto de gobernador de Antioquia y Presidente, debe estar preocupado porque aca hasta hace poco manejaba el Estado como a su hacienda y se le esta acabando el fuero tanto interno como externo, que se aliste porque las victimas lo harán pagar a través de la justicia!

Anónimo dijo...

Él no lee periódicos extranjeros: pero los jueces de la Corte Penal Internacional sí.

Y de los nuestros, señores periodistas, por favor, hagánles llegar todos: páginas, recortes, videos, audios, links, pdf´s, todo el material que prueba y comprometa al criminal que tuvimos por residente en la Casa de Nari.

Anónimo dijo...

La elección de Juan Manuel como dice llamarse ahora, es la garantia de impunidad de estos ocho años oscuros de nuestra historia.

Anónimo dijo...

Alvaro Uribe es nombrado en su declaración por el ex mayor
Menesses.El jefe de Santiago era y es Alvaro.

Anónimo dijo...

Quien dirigía a los doce apóstoles eran Santiago y Alvaro Uribe.

Anónimo dijo...

Quien dirigía a los doce apóstoles eran Santiago y Alvaro Uribe.

Anónimo dijo...

Y los Uribe Uribe por qué no
denuncian al Washigton Post?

Anónimo dijo...

La suerte de Uribe, que su gente prefieren auto- incriminarse antes que los maten como al Bandi, a Sandoval y a Moreno.

Mejor vivos y presos dice Yidis, y ahora Meneses .

Sera que todos dicen mentiras menos el gran Pinoccio, Varito?

Anónimo dijo...

Uribe asesino.

Anónimo dijo...

o sea que lo que el no lee, no existe ...

jajajaja

Anónimo dijo...

TLC: autogol olímpico
Por: Cristina de la Torre
EN EL DESCRÉDITO QUE RODEA EL balance final de este gobierno, el presidente Uribe acude al recurso desesperado de torcer la realidad: presenta la firma del TLC con la Unión Europea como victoria que le asegura a la patria un rosado porvenir, cuando el acuerdo la condena al atraso sin remedio.

Anónimo dijo...

PARAURIBE solo es verdader lo que él afirma.

Anónimo dijo...

"Digo,luego es":alvaraco

Anónimo dijo...

"Digo,luego es":alvaraco

Anónimo dijo...

"Digo,luego es":alvaraco

Anónimo dijo...

Es menester que doña pachita Santos
salga del closet inmediatamente,de
lo contrario además de loca se va a volver loco de remate.

Anónimo dijo...

El primer damnificado entre los productores colombianos que desaparecerá serán las 465 mil familias que viven de la leche. Este Tratado, como el suscrito con EE. UU., destruye en el huevo nuestra industria, arrasa con la producción agropecuaria no subsidiada y bloquea el surgimiento de nuevas industrias. Mata lo que existe y esteriliza lo porvenir. Abrir nuestro mercado a la riada de manufacturas extranjeras y productos agropecuarios subsidiados es imposición de países que alcanzaron el desarrollo porque supieron proteger su industria mientras ella se formaba. Pero ahora disfrazan de libre comercio entre “iguales” una agresiva política de promoción de exportaciones europeas a apetitosos mercados del Tercer Mundo.

Mientras Centroamérica y Mercosur negocian con Europa a lo bravo y en bloque, Colombia se pliega reverente al otro, que le ofrece, magnánimo, un mercado inmenso. Mas, ¿para exportarle qué? Florecitas, frutas, hortalizas, café, alguito de plásticos y textiles y, claro, el petróleo y los minerales que sus multinacionales extraen de nuestro suelo para mandarlos a sus países, sin apenas crear empleos en Colombia o reintegrar divisas. Petro, Pardo y Noemí anunciaron su oposición en el Congreso a los términos en que se suscribió el Tratado. A otros les pareció una ventaja que “ahora los países sabrán en qué especializarse”. ¡Pero si desde hace siglos se sabe! Los países desarrollados, en la gama infinita de productos de la industria moderna y en agricultura subsidiada. Los subdesarrollados, en alimentos, en materias primas, en minas y petróleos. Mientras Europa y EE.UU. colonizan nuestros mercados con manufacturas sofisticadas que Colombia podría llegar a producir de contar con el “período de aprendizaje” que aquellos se concedieron, nosotros tentamos a sus compradores con algún clavel.

¿Qué industria nueva podrá surgir en Colombia, asediada como se verá por la competencia de países altamente industrializados? Pequeñas y medianas empresas nacen aquí todos los días y mueren al siguiente, pues los consumidores de alimentos, bebidas y camisas tienen ya a quién comprarle. Industrias nuevas, ninguna. A despecho del ministro Plata, tan ilusionado con este ribete del Tratado, la inversión extranjera que aquel nos traiga no será para montar fábricas ni abrir plazas de trabajo ni modernizar la economía. Se irá, como se ha visto en veinte años, en especulación financiera o en la compra de nuestras empresas más rentables. Como Isagén, envidia del vecindario, que se le venderá al extranjero para llenar el hueco fiscal de una economía que se ha manejado con los pies.

En la creencia de que Colombia no podrá integrarse al mundo sino suscribiendo tratados leoninos que se le ofrecen como fatalidad inexorable, el Gobierno se pliega al modelo que Europa les impuso a sus viejas colonias africanas durante 70 años. Luchan ellas por negociar en bloque, no en la relación de David a Goliat, que es la de los tratados bilaterales cuya moda impusieron los Bush. Uribe no. Obsequioso hasta la humillación con el foráneo, este Titán de la guerra en su tierra celebra el tratado como “un paso muy importante para la economía colombiana”. Acaso no se confiese que este acuerdo, como el suscrito con EE.UU., legitima todas las imperfecciones de un mercado asimétrico: consagra una apertura unilateral, como la de los años 90, pero elevada a la ene. Tampoco los dos candidatos punteros admitirán que con el TLC nos habremos empacado un autogol olímpico.
CRISTINA DE LA TORRE

Anónimo dijo...

El primer damnificado entre los productores colombianos que desaparecerá serán las 465 mil familias que viven de la leche. Este Tratado, como el suscrito con EE. UU., destruye en el huevo nuestra industria, arrasa con la producción agropecuaria no subsidiada y bloquea el surgimiento de nuevas industrias. Mata lo que existe y esteriliza lo porvenir. Abrir nuestro mercado a la riada de manufacturas extranjeras y productos agropecuarios subsidiados es imposición de países que alcanzaron el desarrollo porque supieron proteger su industria mientras ella se formaba. Pero ahora disfrazan de libre comercio entre “iguales” una agresiva política de promoción de exportaciones europeas a apetitosos mercados del Tercer Mundo.

Mientras Centroamérica y Mercosur negocian con Europa a lo bravo y en bloque, Colombia se pliega reverente al otro, que le ofrece, magnánimo, un mercado inmenso. Mas, ¿para exportarle qué? Florecitas, frutas, hortalizas, café, alguito de plásticos y textiles y, claro, el petróleo y los minerales que sus multinacionales extraen de nuestro suelo para mandarlos a sus países, sin apenas crear empleos en Colombia o reintegrar divisas. Petro, Pardo y Noemí anunciaron su oposición en el Congreso a los términos en que se suscribió el Tratado. A otros les pareció una ventaja que “ahora los países sabrán en qué especializarse”. ¡Pero si desde hace siglos se sabe! Los países desarrollados, en la gama infinita de productos de la industria moderna y en agricultura subsidiada. Los subdesarrollados, en alimentos, en materias primas, en minas y petróleos. Mientras Europa y EE.UU. colonizan nuestros mercados con manufacturas sofisticadas que Colombia podría llegar a producir de contar con el “período de aprendizaje” que aquellos se concedieron, nosotros tentamos a sus compradores con algún clavel.

¿Qué industria nueva podrá surgir en Colombia, asediada como se verá por la competencia de países altamente industrializados? Pequeñas y medianas empresas nacen aquí todos los días y mueren al siguiente, pues los consumidores de alimentos, bebidas y camisas tienen ya a quién comprarle. Industrias nuevas, ninguna. A despecho del ministro Plata, tan ilusionado con este ribete del Tratado, la inversión extranjera que aquel nos traiga no será para montar fábricas ni abrir plazas de trabajo ni modernizar la economía. Se irá, como se ha visto en veinte años, en especulación financiera o en la compra de nuestras empresas más rentables. Como Isagén, envidia del vecindario, que se le venderá al extranjero para llenar el hueco fiscal de una economía que se ha manejado con los pies.

En la creencia de que Colombia no podrá integrarse al mundo sino suscribiendo tratados leoninos que se le ofrecen como fatalidad inexorable, el Gobierno se pliega al modelo que Europa les impuso a sus viejas colonias africanas durante 70 años. Luchan ellas por negociar en bloque, no en la relación de David a Goliat, que es la de los tratados bilaterales cuya moda impusieron los Bush. Uribe no. Obsequioso hasta la humillación con el foráneo, este Titán de la guerra en su tierra celebra el tratado como “un paso muy importante para la economía colombiana”. Acaso no se confiese que este acuerdo, como el suscrito con EE.UU., legitima todas las imperfecciones de un mercado asimétrico: consagra una apertura unilateral, como la de los años 90, pero elevada a la ene. Tampoco los dos candidatos punteros admitirán que con el TLC nos habremos empacado un autogol olímpico.
CRISTINA DE LA TORRE

Anónimo dijo...

lA PACHA,
LA PACHONA,
LA PACHITA.

Anónimo dijo...

'Turning point'
Por: Aura Lucía Mera
ESTE DOMINGO PODREMOS DEcidir libremente, si se puede hablar de libertad en un país lleno de maquinarias, prebendas, chantajes, manipulaciones y componendas electorales

Anónimo dijo...

ESTE DOMINGO PODREMOS DEcidir libremente, si se puede hablar de libertad en un país lleno de maquinarias, prebendas, chantajes, manipulaciones y componendas electorales, si nos da la gana, votar por el continuismo de un gobierno que fracasó estrepitosamente en sus mayores retos: salud, agro, vías, vivienda, inversión social y gobernabilidad, y que nos ofrece más guerra, más presupuesto en armas, más de lo mismo, incluyendo en “lo mismo” el clientelismo, la corrupción, la picardía y los caminos torcidos. Podemos elegir continuar. O también podemos votar, depositar nuestra confianza en el candidato que le apuesta al cambio, a la dignidad, a la honestidad, a la equidad, a la educación y a la convivencia.

En mi caso, no tengo ninguna duda. Mi candidato es el profesor Antanas Mockus. No me subo a la ola verde creyendo que se operarán milagros y que todo será ”arroz y leche Klim”. Me uno a Mockus porque tengo la absoluta confianza en que tendremos un cuatrienio en el que las banderas que ondearán serán las de la honestidad, la dignidad, la educación, la convivencia y la verticalidad. No quiero más falsos positivos. No quiero más desplazados. No quiero más cohechos unilaterales. No quiero más polarizaciones. No quiero más politiqueros cuestionados y deshonestos. No quiero más picardías. No quiero más invasiones a otros países. No quiero más peleas absurdas con los países vecinos. No quiero más caudillismo ni más soberbia. No quiero más Uribitos. No quiero más Agro Ingresos Seguros para los más ricos. No quiero más víctimas sin ninguna reparación. No quiero más paramilitares en el Gobierno. No quiero más paramilitares extraditados para que no hablen. No quiero más Ubérrimos. No quiero más Angelinos ni Santos, no Sabas ni Joseobdulios, ni opusdeisanos, ni morrongos, ni Valenciascossio. No quiero más de lo mismo. Me niego.

Le apuesto a un nuevo aire, que no significa ni mucho menos “un salto al vacío”. Es un salto, un gran salto hacia la dignidad, hacia una nueva forma de gobernar, de conciliar, de perdonar, de invertir. Es un salto hacia unos programas de salud, vivienda, educación y trabajo más coherentes y posibles. Me apunto a una Colombia más equitativa y más amable. Me apunto por todo esto a Antanas Mockus. Y a los que dudan, por favor léanse o relean con atención la entrevista que le hizo Yamid Amat en El Tiempo el domingo 23. Tendremos en Antanas Mockus y su equipo de gobierno un timonel y una tripulación a prueba de tormentas y fangos chupadizos. Tendremos un horizonte despejado y nuevo, capaz también de capotear vendavales y ciclones. La suerte de Colombia puede cambiar este domingo. Todo depende de nuestra decisión de votar en libertad.

Estamos a cinco días de meter el dedo bien, o meter la pata. Después no lloremos por la leche derramada o, mejor dicho, por la sangre que seguirá corriendo sin ningún motivo. Suerte Colombia.

Anónimo dijo...

ESTE DOMINGO PODREMOS DEcidir libremente, si se puede hablar de libertad en un país lleno de maquinarias, prebendas, chantajes, manipulaciones y componendas electorales, si nos da la gana, votar por el continuismo de un gobierno que fracasó estrepitosamente en sus mayores retos: salud, agro, vías, vivienda, inversión social y gobernabilidad, y que nos ofrece más guerra, más presupuesto en armas, más de lo mismo, incluyendo en “lo mismo” el clientelismo, la corrupción, la picardía y los caminos torcidos. Podemos elegir continuar. O también podemos votar, depositar nuestra confianza en el candidato que le apuesta al cambio, a la dignidad, a la honestidad, a la equidad, a la educación y a la convivencia.

En mi caso, no tengo ninguna duda. Mi candidato es el profesor Antanas Mockus. No me subo a la ola verde creyendo que se operarán milagros y que todo será ”arroz y leche Klim”. Me uno a Mockus porque tengo la absoluta confianza en que tendremos un cuatrienio en el que las banderas que ondearán serán las de la honestidad, la dignidad, la educación, la convivencia y la verticalidad. No quiero más falsos positivos. No quiero más desplazados. No quiero más cohechos unilaterales. No quiero más polarizaciones. No quiero más politiqueros cuestionados y deshonestos. No quiero más picardías. No quiero más invasiones a otros países. No quiero más peleas absurdas con los países vecinos. No quiero más caudillismo ni más soberbia. No quiero más Uribitos. No quiero más Agro Ingresos Seguros para los más ricos. No quiero más víctimas sin ninguna reparación. No quiero más paramilitares en el Gobierno. No quiero más paramilitares extraditados para que no hablen. No quiero más Ubérrimos. No quiero más Angelinos ni Santos, no Sabas ni Joseobdulios, ni opusdeisanos, ni morrongos, ni Valenciascossio. No quiero más de lo mismo. Me niego.

Le apuesto a un nuevo aire, que no significa ni mucho menos “un salto al vacío”. Es un salto, un gran salto hacia la dignidad, hacia una nueva forma de gobernar, de conciliar, de perdonar, de invertir. Es un salto hacia unos programas de salud, vivienda, educación y trabajo más coherentes y posibles. Me apunto a una Colombia más equitativa y más amable. Me apunto por todo esto a Antanas Mockus. Y a los que dudan, por favor léanse o relean con atención la entrevista que le hizo Yamid Amat en El Tiempo el domingo 23. Tendremos en Antanas Mockus y su equipo de gobierno un timonel y una tripulación a prueba de tormentas y fangos chupadizos. Tendremos un horizonte despejado y nuevo, capaz también de capotear vendavales y ciclones. La suerte de Colombia puede cambiar este domingo. Todo depende de nuestra decisión de votar en libertad.

Estamos a cinco días de meter el dedo bien, o meter la pata. Después no lloremos por la leche derramada o, mejor dicho, por la sangre que seguirá corriendo sin ningún motivo. Suerte Colombia.

Anónimo dijo...

Distintas investigaciones comparadas han mostrado que la independencia judicial depende de elementos muy diversos, como la forma como son nombrados los jueces o las garantías jurídicas de estabilidad en su cargo, por sólo señalar algunos. Pero esos estudios insisten en que existe también un factor, muy difícil de medir pero que es fundamental, para explicar los distintos grados de independencia judicial en los diversos países, y es la actitud de los gobiernos hacia la judicatura. La independencia judicial sólo florece en aquellos países en donde el gobierno respeta y acata las decisiones de sus jueces, a pesar de que pueda discrepar de ellas.

Es cierto que esta explicación puede tener algo de circular; no siempre es fácil determinar si un gobierno respeta las decisiones judiciales porque existe independencia judicial en ese país; o si existe independencia judicial en un país porque sus gobiernos respetan las decisiones judiciales. En el fondo existe una retroalimentación entre ambos factores.

Así, cuando la cosa marcha bien, tenemos un círculo virtuoso: a medida que la independencia judicial se fortalece, los gobiernos se vuelven más respetuosos de sus jueces y de la legalidad. Y viceversa, a medida que aumenta el respeto gubernamental a las decisiones judiciales, se consolida la independencia judicial.

Pero puede suceder todo lo contrario; los ataques gubernamentales a los jueces pueden minar la independencia judicial; y una independencia judicial erosionada facilita el irrespeto gubernamental a las decisiones judiciales y a la legalidad.

La actitud del gobierno frente a sus jueces es entonces trascendental, pues de ella depende, en parte, la independencia judicial. Y en Colombia, en los últimos años, el balance no es bueno. Así, si en Inglaterra, detrás de los jueces está la poderosa Armada británica, me temo que en Colombia la cosa es muy distinta: detrás de los magistrados está …. el DAS, y no precisamente para asegurar el cumplimiento de sus sentencias, sino para espiarlos y desprestigiarlos, como ha quedado demostrado por las revelaciones que hemos conocido en los últimos meses.

Y eso no es todo; el Gobierno ha acusado también, sin fundamento, a los magistrados de estar sesgados a favor del terrorismo y ha propuesto reformas para limitar las competencias de las Cortes.

Los riesgos de ese acoso gubernamental para la independencia judicial son claros. Esto es grave. Sin independencia judicial no es posible que se consolide una democracia vigorosa, pues sólo respetando las reglas constitucionales y los derechos fundamentales es posible que se forme una voluntad democrática libre. No es entonces extraño que las primeras verdaderas democracias modernas hayan surgido en aquellos países que primero consolidaron su independencia judicial, como precisamente lo hizo la Inglaterra del siglo XVII.

El próximo domingo, al votar, los colombianos deberíamos tener en cuenta cuáles son las tesis y las actitudes de los distintos candidatos frente a la independencia judicial. Y, en todo caso, deberíamos exigir en forma permanente el respeto gubernamental a la labor de los jueces. De eso depende mucho la calidad de nuestra democracia.

* Director del Centro de Estudios “DeJuStic

Anónimo dijo...

El director de la Unidad de Información y Análisis Financiero (UIAF), Mario Aranguren Rincón, presentó este lunes su carta de renuncia. La dimisión se conoce dos días antes de que el funcionario deba asistir a una audiencia de imputación de cargos en la Fiscalía.

Ante un juez de control de garantías, el próximo 26 de mayo, Aranguren tendrá que responder por la presunta entrega de datos reservados de magistrados de la Corte Suprema de Justicia.

Aranguren enfrentará cargos por concierto para delinquir, prevaricato y abuso de autoridad.

La decisión hace parte de las investigaciones que adelanta la Fiscalía por el caso de los seguimientos e intercepciones ilegales a magistrados, dirigentes políticos, miembros de ONG y periodistas, por parte del DAS.

Anónimo dijo...

No se olvide de la pregunta por
Manuel Antonio Buelvas Cabrales,
"tucho",traqueto que murió en
1982,cuando su avión recargado con
marihuana se cayó sobre el cerro de Cañasgordas,en el Urabá
antioqueño.Este tucho fue amigo y socio del salgareño en el narcotráfico.

Anónimo dijo...

No se olvide de la pregunta por
Manuel Antonio Buelvas Cabrales,
"tucho",traqueto que murió en
1982,cuando su avión recargado con
marihuana se cayó sobre el cerro de Cañasgordas,en el Urabá
antioqueño.Este tucho fue amigo y socio del salgareño en el narcotráfico.

Anónimo dijo...

Vamos es a sacudirnos esta mafia que gobierna con el miedo y la mentira desde 1982.

Anónimo dijo...

Una mentira repetida mil veces se vuelve una verdad. Y en eso está entrabado este país. Ocho años de repetir terrorista, segurida democrática, confianza inversionosta, ir a la finca, que nadie sabe que significan (e implican) ampliamente y todos lo repiten.

Si usted le pregunta a la gente que si el país está bien darán dos respuestas contradictorias a la vez:
1) El país está bien porque AUV es el mejor capataz del mundo,
2) El país no está bien por culpa de Hugo Chavez, la guerrilla, el polo, Piedad Cordoba, Coronell, Correa, Almadineyad
Dos diagnósticos contrarios, cada uno justificado con basura. Están blindados contra cualquier cambio.

Anónimo dijo...

Grupo de intelectuales de varios países anuncian apoyo a Antanas Mockus
A través de una carta, le expresan su complacencia por sus políticas "renovadas" de la cultura ciudadana.

Anónimo dijo...

Grupo de intelectuales de varios países anuncian apoyo a Antanas Mockus
A través de una carta, le expresan su complacencia por sus políticas "renovadas" de la cultura ciudadana.

Anónimo dijo...

jajaja ,.....


qued escaro y muestra de IGNORANCIA MAS ABERRANTE....


que cinismo que raya en asco el de este paisqa judio trinca la madre vende patrias ...

paisa que nos hace la judia obedeciendo a sectas y logias LAMBERICAS DE LOS QUE TIRAN LA PIEDRA Y ESCONDEN LAMANO .

Anónimo dijo...

cómo es posible que una circular del Mindefensda cause 2.200 muertos en falsos positivos y que Mockus considere que Uribe y Santos son solamente responsables éticos?.

Anónimo dijo...

ARMANDO CONCIENCIA:


Como se podran llamar a los funcionarios del gobierno a saber: el ministro cossio, el ministro de defesa actual.. la embajadora en USA, el vice pachita, los generales naranjo y ladilla, defendidendo al paticular santiago uribe ???